Dusko Ivanovic: El enfado eterno.

A Dusko Ivanovic no se le puede decir que no le guste trabajar, entrenar o dirigir, por decir varios aspectos del mundo del baloncesto cuando hablamos del entrenamiento. Sus equipos siempre juegan intenso, luchan hasta el final, corren todo lo que pueden e intentan jugar rápido sin especulaciones... pero otra cosa es su manera de ser: SIEMPRE se le ve enfadado, disgustado, estresado y nunca está conforme con nada, al menos esa es la imagen que yo acabo percibiendo después de tantos años en el Tau y ahora en el Barça.

Recuerdo unas declaraciones en el Baskonia después de haber ganado una copa del Rey a pie de pista: "... sí, es una alegría pero ya hay que pensar en el próximo partido." Después de esto, uno
se pregunta: ¿sabe disfrutar de su trabajo?, realmente después de haber logrado un título tan importante no puede haber un mínimo de relajación??.

El año pasado Shammond Williams (uno de los mejores americanos que ha pasado por Can Barça en muchos años) dijo: "... yo no hago mi juego en la pista, simplemente hago lo que Ivanovic me ordena." ¿Es necesario tanto autoratirismo y mala hostia para que un equipo sea competitivo?.

Las malas lenguas hablan de un episodio cuando Scola llegó del Mundial de Indianapolis tras lograr la medalla de plata. Ivanovic le preguntó al argentino después de felicitarlo: "¿Qué tal Luis, estás cansado?" a lo que Scola respondió: "... hombre un poco.", la respuesta de Ivanovic fué contundente: "Pues venga, a entrenar".

Dusko Ivanovic, un entrenador al que solo los resultados le dan y darán la razón.